lunes, 2 de abril de 2007

Mi calle


La casa donde habito está situada en la calle Maternidad (antes Alfonso Orti).

Vivo en esta casa desde hace unos cuarenta años. Es una calle tranquila, sin apenas ruidos, muy ancha, con apenas circulación de vehículos, tiene muchos aparcamientos, unos enormes árboles (demasiado viejos, diría yo) que en verano proporcionan muchas sombras y, en el otoño, muchas hojas en el suelo y encima de los coches que tienen a todas las mujeres siempre barriendo; desde las casas de una acera a las de las otra acera de enfrente hay mucha distancia, tanta que la separación entre ellas es fácilmente más del doble que el de otras calles.

Recientemente nos ha puesto el Ayuntamiento todo el sistema de cloacas, alcantarillado, tuberías del agua, solería y aparcamientos, nuevos, además del sistema de alumbrado, farolas y unos bancos para sentarnos, también nuevos; también se ha alquitranado la calzada y han puesto unas especie de jardineras con bugambillas junto a los aparcamientos, para embellecer más la calle.

Esta calle tiene en su historia más reciente que aquí se situó la caseta de feria en los Jubileos durante varios años y últimamente se ponían las tiendas del mercadillo de los viernes.

Aparte de esos días de feria y mercadillo la calle tenía poca circulación de personas hasta que se habilitó lo que era el edificio de Maternidad para ambulatorio; desde entonces por la mañana el ir y venir de las gentes a consultar a los médicos le dan cierta "vidilla" y movimiento a la calle. Después de mediodía cuando se acaban las consultas, la calle vuelve a su tranquilidad.

Es una calle con muy pocos niños y eso se nota. Pero esto no fué siempre así porque cuando yo me vine a vivir aquí, a mi alrededor había tres familias que tenían cada una nueve hijos, lo que supone un total de 27 niños solamente en tres casas, que le daban una "actividad" a la calle que ya se supone, y eso sin contar con los niños de las demás casas.

Ahora, dicen, que en un futuro próximo van a quitar el Ambulatorio porque van a hacer uno nuevo en otro lugar; entonces nos encontraremos que en un lugar bastante céntrico del pueblo se estará, pienso yo, como en una zona residencial. Sólo falta que los que aquí vivimos tuviéramos nuestras cartillas de ahorros bien rellenas (yo hablo por mí, sobre todo).


Pepe Fernández

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